¡Hola! Aquí llega la cuarta y por tanto, última parte, del relato Emma y la Bestia. Podéis leer el capítulo uno, aquí ; el capítulo dos, aquí ; el capítulo 3, aquí . OTRA COSA: Emma fue por todas las habitaciones pero no halló a Bestia. Decidió asomarse al balcón, y allí, tendido en el suelo, estaba Bestia moribundo. Emma recordó toda su estancia en el castillo, la hospitalidad, generosidad y caballerosidad de Bestia, pero también que por él estaba encerrada en un castillo que le privaba de conocer el mundo y... el amor, pues ningún hombre querría arriesgar su vida para deshacerse de la bestia y así poder estar con ella. Claro que Bestia también le ofrecía amor, ¿pero qué delicada mujer iba a enamorarse de...una bestia? Si fuese un príncipe como el del dibujo, todo sería más fácil... pero ella no tenía esa suerte. No podía evitar acordarse de todas esas noches en las que se despertaba empapada en lágrimas, pensando que estaba prisionera. Ninguna mujer merecía se...
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